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Vivimos una era signada por las emociones negativas y el extremismo político, justamente cuando la humanidad vive la mejor situación de su historia. Las diferencias entre los actuales líderes no tienen la profundidad propia del siglo pasado. En estos años, tienen éxito en las elecciones quienes ofrecen humillar al establishment, atacar a la casta. Pero no es el mismo establishment al que combatían los revolucionarios del siglo pasado, ni son los líderes proletarios los que encabezan el levantamiento, porque también ellos son parte del orden vigente. Esto va más allá de la campaña, se extiende a las acciones del gobierno. El caso argentino ayuda a comprender esta situación. Los seguidores de Milei no aprueban lo que él hace, sino a Milei. Leer más